
Como una alternativa para el turismo, entre otros rubros como la agricultura, fue creado GreenMove, un vehículo totalmente eléctrico desarrollado por estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Tarapacá.
El proyecto inicialmente apuntaba a participar en la Carrera Solar Atacama, pero más adelante fue visto como una excelente alternativa para potenciar el turismo costero, además de posibles aplicaciones agrícolas.
GreenMove tuvo un costo de $3 millones de pesos y contó con el financiamiento inicial del concurso UTA Prototipa de la Dirección General de Investigación e Innovación ,DGII UTA, y estuvo inspirado, en parte, en una cuatrimoto eléctrica desarrollada en la Facultad de Ingeniería hace una década.
El director del proyecto y estudiante de Ingeniería Civil Mecánica, Israel Véliz, contó que el proyecto fue desarrollado por el equipo durante el año 2023. “Mientras pensábamos en el diseño fuimos recopilando materiales. Nos conseguimos algunas cosas, como fierros y un chasis viejo que estaba abandonado. Lo modificamos, lo cortamos y empezamos a preparar nuestro diseño. Paralelamente postulamos al concurso que nos entregó recursos con los que pudimos comprar lo más caro, que en un vehículo eléctrico son el motor y la batería”.
Véliz detalló que como equipo apuntaron no sólo a la construcción de un vehículo, sino a ser un aporte para el desarrollo de Arica.
El equipo inicial estuvo compuesto por Israel Véliz (Ingeniería Civil Mecánica), Bastián Tello (Ingeniería Civil Industrial), Pedro Cabeza (Ingeniería Civil Eléctrica), Alejandro Quispe (Ingeniería Mecatrónica) y Eduardo Guarachi (Ingeniería Civil Mecánica).
En la actualidad, el equipo final, también liderado por Véliz, está conformado por Bruno Valladares (Ingeniería Mecatrónica), Lester Olivares (Ingeniería Civil Mecánica), Eduardo Guarachi (Ingeniería Civil Mecánica) e Ignacio Corona (Ingeniería Civil Mecánica).
Detalles técnicos
GreenMove funciona con baterías de litio; un motor de 72 voltios y 5000 revoluciones por minuto; un controlador para administrar la energía; un acelerador eléctrico; frenos a disco, y su velocidad ronda los 70 kilómetros por hora.
El controlador del vehículo permite suministrar y controlar la carga de las baterías hacia el motor y regular la potencia. Los jóvenes tuvieron el respaldo de la empresa local DKL dedicada a la fabricación de baterías.
Los desafíos a futuro
Véliz planteó que, con la experiencia que tienen al haber fabricado el vehículo, cuentan con el know-how que les permitirá reducir costos.
El Dr. Cristóbal Castro, académico guía durante todo el proceso, subrayó que “en el proyecto actual quisimos plasmar un vehículo eléctrico destinado al turismo local para, por ejemplo, recorrer las costas, pero también generar capacidades de manufactura, creación y fabricación en nuestros estudiantes, para que se den cuenta que, desde acá, en Arica, pueden generar hitos muy importantes, y que no tienen límite aparte de lo que ellos pongan en su cabeza”.
En tanto, Véliz destacó que el mercado de la electromovilidad es competitivo y fuerte. Por ello, quisieron vencer el reto de ser eficaces al construir y desarrollar tecnología.
Con esta etapa superada, se plantean diversos desafíos: “Nosotros nos consideramos desarrolladores de tecnología. En un futuro, tal vez no vamos a estar creando más autos, pero queremos tomar el reto de desplazarnos. ¿Qué quiere decir?, que si nosotros queremos transportarnos dentro de un invernadero o dentro de una fábrica, poder proponer prototipos para ello, y desarrollar un medio de desplazamiento que no necesariamente deba tener cuatro ruedas, es decir, solucionar problemáticas y levantar desafíos de la industria”.
Los jóvenes ven este prototipo como un trabajo colaborativo de los departamentos de Arica que componen la Facultad de Ingeniería.
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